¿Recuerdan mi primer post cuando les dije de qué trataría este blog? pues hoy nos toca receta, una torta de... zapallo en ecuador, ahuyama en venezuela, calabaza para el resto de hispano hablantes, y si saben otro nombre me lo cuentan. Esta es una de mis tortas favoritas en todo el mundo... es deliciosa, fácil de hacer, no es demasiado dulce ¡y lleva queso! qué más podría yo pedir ¿les conté que soy amante del queso?
En las últimas semanas he podido ratificar mi pensamiento de que la comida no sólo son alimentos, es muchas cosas más, para muchos es una forma de expresión, es una manera de hacer algo por los demás y por uno mismo, es una manera de relajarse, es decir te quiero sin decirlo, esto las abuelitas lo saben y lo dominan, o acaso hay alguien a quién la abuelita no trataba de darle de comer ("aunque sea una probadita" ó "porque estás muy flaquito") cada vez que lo veía... seguro les ha pasado o les pasa a quienes aún tienen la suerte de tener abuelita, pues eso es amor.
Así pues he visto infinidad de personas compartiendo recetas y mostrando sus creaciones tratando de inspirar a otros a preparar algo rico durante este período de pausa obligada, y eso me encanta (excepto por la parte en que a uno le dan ganas de comer a todas horas :D).
Antes de empezar este blog, yo ya había planificado que la primera receta que compartiría sería una entre estas dos: torta de calabaza ó mi tarta de manzana con diseño de hojas :D. En vista de que cuando compré provisiones para estas semanas traje calabaza, pues esta fue la ganadora.
Dejaré al final del post la lista de ingredientes y medidas y un resumen del proceso que acá les cuento de forma detallada, es que como se habrán dado cuenta, me gusta conversar :D
Empecemos.
Los ingredientes son muy sencillos: puré de calabaza, harina, mantequilla sin sal a temperatura ambiente, huevos, azúcar moreno, polvo de hornear, esencia de vainilla y queso fresco desmenuzado (yo lo prefiero sin sal). Lo primero que yo preparo siempre es el puré, a veces inclusive un día antes, porque una vez tienes el puré lo demás se hace en un dos por tres.
El puré:
La receta pide 500 g de puré de calabaza, yo uso el paquete de 800 g de calabaza cruda y limpia que venden en el supermercado, con eso obtengo aproximadamente 450 gr. de puré.
Para hacerlo hiervo la calabaza entre 10 y 15 minutos hasta que esté suave, la escurro y dejo enfriar un poco. El puré debe contener la menor cantidad de agua posible, para quitar el exceso coloco la calabaza en un paño limpio y la exprimo.
Otra opción para hacer el puré, que me han recomendado, es hornearlo (no hay necesidad de pelarlo siquiera) por aproximadamente 40 minutos hasta que esté suave y luego raspar la pulpa para obtener el puré, no he probado hacerlo así pero si ustedes ya lo han hecho y prefieren ese método lo pueden usar.
La preparación:
En un bowl mezclamos la mantequilla con el azúcar, batimos hasta que esté espumoso, luego añadimos la esencia de vainilla y los huevos uno a uno, batiendo después de cada adición, finalmente la harina y el polvo de hornear y batimos nuevamente. En este punto la mezcla se ve así, antes de añadir el puré de calabaza y el queso.
Con una espátula y de forma envolvente integramos primero el pure de calabaza y por último el queso desmenuzado.
El molde que yo utilizo para esta torta es un molde rectangular de 33 x 22 cm, es más grande de lo habitual, ¿por qué? porque al ser una torta un poco húmeda si la hago demasiado alta, el centro tiende a quedar poco hecho mientras el exterior ya está dorado así que prefiero hacerla más delgadita así se hornea más rápido y uniformemente, pero pueden hacerla en el molde y de la altura que prefieran, asegurándose siempre de que el centro esté totalmente cocido antes de sacarla del horno. Este azul es mi molde.
La mezcla en el molde previamente enmantequillado, lista para entrar al horno.
La horneé por aproximadamente 45 minutos a 180 grados centígrados
Si desean pueden espolvorear azúcar impalpable, aunque a mi me gusta así tal como la ven, con un vaso de leche fría.
Ven los trocitos de queso ¡mmmmmm amo el queso! :D
Para el día en que estoy escribiendo esto, ya no queda nada de mi torta :( y viendo estas fotos ¡tengo tantas ganas! que voy a tener que conseguir calabaza y hacerla de nuevo.
Ah, algo importante, esta torta no se puede guardar por mucho tiempo, aunque de todas formas no creo que dure mucho, pero si les sobra, guárdenla en un recipiente hermético en el refrigerador y cuando vayan a servirse una porción la pueden entibiar unos segundos en el microondas.
En verdad espero que la puedan probar, es demasiado buena, tiene cierta similitud en textura a la torta de maqueño, que es otra que me encanta (algún momento también la comparto).
Les mando un abrazo grande y fuerte, sigan cuidándose, cuidando a los suyos y...
¡Bon appetit!
Sara.
RECETA
Ingredientes:
- 500 g puré de calabaza (aprox. 800 g calabaza cruda pelada)
- 100 g mantequilla blanda a termperatura ambiente
- 100 g azúcar moreno
- 4 huevos enteros
- 1/2 cdta esencia de vainilla
- 135 g harina
- 1 cdta polvo de hornear
- 1 tz de queso fresco desmenuzado (ó 1 1/2 tz si son amantes del queso como yo)
Preparación:
Para el puré, hervir la calabaza por 10-15 minutos, escurrir el exceso de agua y triturar.
Precalentar el horno a 180 grados C.
Enmantequillar el molde de su preferencia (ref. 25 cm de diámetro, recomendado 33 x 22 cm).
Batir el azúcar y la mantequilla hasta que la mezcla esté espumosa.
Añadir la esencia de vainilla y los huevos uno a uno, batiendo despues de cada adición.
Añadir la harina y el polvo de hornear y batir.
Con una espátula de forma envolvente integrar el puré de calabaza y después el queso.
Colocar en el molde uniformemente y hornear por aproximadamente 45 minutos o hasta que esté dorado por fuera y al introducir un palillo o un cuchillo delgado en el centro, este salga seco.